¡Moshi moshi monísimas!
Hoy os voy a contar la historia de una bebé y de sus cuadros.

Érase una vez, hace algo más de unos cuantos meses, nació una pequeña antes de tiempo... Tenía un poco de prisa por ver el mundo y surcar los mares y ¡Llegó sin avisar! Aunque algunas ya estábamos haciendo apuestas de cuánto tardaría... Tal así veíamos a su mamá.
Sus papis llamaron a la pequeña Ariadna. Todo dulzura ella y simpatía, con unos ojazos que te miran y se te cae la baba y unas pestañas que cuando parpadea le da envidia hasta a las mariposas.
Su tía pensó... ¿Qué puedo regalarle a la pequeña? ¡Tiene un montón de cosas! Así que le preguntó a su mamá y quedaron en que le haría un cuadro (aunque al final fueron 3 ja ja ja), en tonos rosas y con motivos marineros ya que sus papis habían sido marinos.
Todos en la familia colaboraron en la realización de los cuadros, ¡incluso los gatos querían echar una pata! pero no se les dejó participar :)


Fueron unos cuantos días de arduo trabajo y paciencia ya que el cuadro llevaba varias capas y había que dejarlo secar entre ellas. Pero al final todo salió bien y pudieron darles los cuadros a sus papis. Yujuuuuu.






Al final se colaron un poco de plateado y purpu y brilli brilli, je je je.
Los cuadros van a partir rumbo para decorar la habitación de Ariadna en Cádiz... Espero que lleguen bien y sean colgados sin contratiempos.

¿Fin?

Espero que os haya gustado la historia y los cuadros :)
Ya sabéis, si pensáis en regalar algo personalizado y, por supuesto monísimo, poneos en contacto conmigo.


Be happy monísimas!!
¡Que tengáis buen inicio de semana!